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miércoles, mayo 02, 2018

Un poco de historia.


Un poco de historia.


1 Corintios 9:24 TLA
Ustedes saben que, en una carrera, no todos ganan el premio, sino uno solo. Pues nuestra vida como seguidores de Cristo es como una carrera, así que vivamos bien para llevarnos el premio.


Mi amados cuando el apóstol Pablo enseñaba a los corintios en cuanto al proceder, les habló acerca de cómo se debe correr para obtener el premio. Sabemos que los juegos olímpicos son cada cuatro años y es uno de los eventos más vistos en todo el mundo. Llegan atletas de la mayoría de países para llevar a cabo diferentes competencias. A través de la historia, las competencias de las olimpiadas han ido cambiando y se han agregado nuevas disciplinas.

Saben los atletas que participan en estos eventos se preparan con muchos años de anticipación, para llegar y participar con la esperanza de ganar. Hoy, cualquier deportista del mundo puede aspirar a obtener medallas, no obstante, al principio las olimpiadas solo eran para los griegos, pues esta costumbre o evento, nació en Grecia; tiene muchísimos años de celebrarse, incluso ya existía en los tiempos de Cristo. Por eso, Pablo aborda este tema, pues para ellos en esa época, no era algo desconocido; por el contrario era muy familiar. Dicho evento tenía como requisitos, ser griegos, hablar su idioma y contar con un permiso especial para competir.

Éste evento se llevaba a cabo en un lugar llamado Olimpia, de donde surge el nombre «olimpiadas». Los deportistas no se movilizaban de diferentes lugares del mundo como hoy día, sino que se celebraba en su región, con gente nativa exclusivamente.

En la porción de la carta a los corintios, Pablo no se refería a los juegos de las olimpiadas, aunque se celebraban en la época; sino se refería a otros juegos que se celebraban en ese tiempo, conocidos como los juegos Ístmicos. Los cuales se llevaban a cabo desde el año 690 A.C., de manera regular tres años después de cada olimpiada. Dichos juegos, tenían mucho que ver con la mitología griega y se celebraban en honor al dios Poseidón. Su santuario estaba ubicado precisamente en Corinto, en donde se encontraba la congregación a la que el apóstol escribió esta carta.

Pablo escribe a personas que conocían muy bien el tema de los juegos del Ístmo, pues eran en su región y se jugaban en su época. Él quería enseñar algo, tomando como ejemplo o referencia dicho evento. Las palabras de Pablo son: los que corren en el estadio, refiriéndose a los atletas que están compitiendo, lo hacen con el propósito de obtener un premio.

En las olimpiadas actuales, se dan tres premios, cada uno con su respectiva medalla. En el tiempo de Pablo, competían por una corona de hojas de olivo, que era colocada en la cabeza de uno solo de los atletas; y con «ese gran premio», se sabía que era el ganador.

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