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jueves, mayo 03, 2018

Correr esta carrera de la fe, pero que lo vamos a hacer con seriedad


Correr esta carrera de la fe, pero que lo vamos a hacer con seriedad


2 Timoteo 2:5 RVR1960Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.


Mis amados esta historia de  Tuvalu, no tenía como prioridad en la vida ser un atleta de alto rendimiento. Quedó en la historia como el peor registro en un mundial en 100 metros planos. Un hombre que no estaba preparado para la competencia, con sobrepeso, zapatillas inadecuadas y una actitud incorrecta en sus declaraciones; dejó claro que no estaba allí por compromiso.

Cuando una persona no se ve como un atleta, no corre a la velocidad de un atleta, no entrena como si fuera un atleta y no se viste como atleta; ¿qué creen ustedes? ¡Que no es un atleta! Cuando una persona, hablando de lo que venía enseñando Pablo acerca de la carrera de la fe, no está interesada en Dios, ni en su Palabra, nunca escucha nada en referencia a Dios y no se congrega con el deseo de conocerlo; es evidente que esa persona no es un hijo de Dios.

Es por eso que tenemos que entender, que Pablo escribe a hijos de Dios, a creyentes, a los cuales dice: si nosotros vamos a correr esta carrera, tenemos que hacerlo con seriedad, poniendo el todo de nuestra vida y el interés necesario para que podamos ganar. Posiblemente nunca vas a ser un atleta, pues no es tu llamado, quizás nunca vas a estar en una olimpiada, pues careces de las facultades físicas para ello. Pero no solo tú, sino todos nosotros, podemos estar convencidos que nuestro destino es Dios, que Él nos creó con un propósito, que queremos cumplir con ese propósito, y que vamos a correr esta carrera de la fe, pero que lo vamos a hacer con seriedad; poniendo el énfasis que tenemos que poner, para correr de tal manera que ganemos.

Mis amados Dios te formó en el vientre de tu madre, te dio vida, antes que nacieras te predestinó para que fueras su hijo, te hizo nacer en éste tiempo, después de Cristo, no antes; para que vieras todas las riquezas que Cristo puede producir en la gente; porque tu destino siempre se trató de que fueras un hijo de Dios. La forma correcta de andar en ésta carrera, es siendo responsables y disciplinados en el espíritu. Si quiero ser un atleta y ganar una carrera no puedo vivir sin entrenar, cualquiera que fuera la competencia; no puedo ganar únicamente entrenando un día de la semana, sería imposible hacerlo así y pretender ganar una competencia de élite. 

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