Examinemos nuestra vida.
Lúcas 13. 6-9.
6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. 9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.
Mis amados, la oportunidad para el arrepentimiento no es eterna. Jesús así lo enseña con una parábola. Un hombre tenia una higuera plantada en su viña, luego de un tiempo considerable tres años buscando frutos en la higuera, no había encontrado ninguno, mandó a su siervo a cortarla. El viñador ruega al dueño que le de una oportunidad más para poder cavar alrededor de ella, abonarla y quizás así pueda dar frutos, y si no llega a dar frutos, entonces podrá cortarla. El viñador simboliza a Jesús. Podemos ver la misericordia de Jesús que quiere dar hasta la última oportunidad, ante la justa sentencia de Dios, pero no significa que las oportunidades sean eternas. Cuando atravesamos por una crisis espiritual, demos ser sensibles para ver en ella la oportunidad de arrepentirnos y recibir vida y salvación.
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