Ya NO Necesitamos ESCONDERNOS
Génesis
3:8-10.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que
se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron
de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas
Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y
él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí..
Hola
como están, estos versículos me hace recordar una vez que Cerré los ojos y empecé a contar en voz alta. Mis
compañeros de tercer grado salieron corriendo a buscar un lugar para
esconderse. Después de revisar cada gabinete, baúl y armario durante lo que me
parecieron horas, no podía encontrarlos. Me sentí ridícula cuando una saltó
finalmente de detrás de un helecho que colgaba del techo. La planta solo le
tapaba la cabeza… ¡el resto del cuerpo había estado a la vista todo el tiempo!
Como
Dios es omnisciente, cuando Adán y Eva se escondieron de Él en el huerto de Edén,
siempre estuvieron a la vista (Génesis 3:8). Pero aquel no fue un juego de
niños, sino que, de repente, tomaron conciencia —y se avergonzaron— de su
error: haber comido del árbol del que Dios les dijo que no comieran.
Adán
y Eva dieron la espalda a Dios y su provisión amorosa cuando desobedecieron sus
instrucciones. Sin embargo, en lugar de alejarse de ellos enojado, Dios los
buscó, preguntando: «¿Dónde estás tú?». No es que no supiera dónde estaban,
sino que quería que ellos supieran cuánto le interesaban (v. 9).
Yo
no pude ver a mi amiga escondida, pero Dios siempre nos ve y nos conoce; para
Él, siempre estamos a la vista. Jesús nos buscó mientras éramos «aún
pecadores», y murió en la cruz para mostrarnos su amor (Romanos 5:8). Ya no
necesitamos escondernos.
DIOS
TE BENDIGA.
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