DEBEMOS AMAR APRENDER
Proverbios
1; 1-7.
1 Los
proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.2 Para
entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones prudentes,3 Para
recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad; 4 Para
dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura,5 Oirá
el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo, 6 Para
entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos. 7 El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la
sabiduría y la enseñanza.
Mis amados le preguntaron a un hombre cómo se había vuelto periodista, contó sobre la dedicación de su madre para que él aprendiera. Cada día, cuando viajaba en el metro, recogía los periódicos que dejaban en los asientos y se los daba a él. Aunque lo que más le gustaba eran los deportes, también empezó a saber sobre el mundo, lo que finalmente aumentó su interés en muchos temas diversos.
Saben
los niños son curiosos por la naturaleza y les encanta aprender; por eso, presentarle
las Escrituras a edad temprana es muy valiosa. Les intrigan las promesas
extraordinarias de Dios y las historias animadas de los héroes
bíblicos. Cuando profundicen su conocimiento, empiecen a comprender las
consecuencias del pecado, su necesidad de arrepentirse y el gozo de confiar en
Dios. El primer capítulo de Proverbios, por ejemplo, es una gran
introducción a los beneficios de la sabiduría (1:1-7) que arroja luz para
entender las experiencias de la vida.
Desarrollar
el amor a aprender las verdades espirituales nos ayuda a fortalecernos en la
fe. Y los que hemos caminado en la fe podemos seguir procurando conocer
más a Dios siempre durante décadas. Proverbios 1:5 afirma: «Oirá el sabio,
y tendrá el saber». Dios nunca dejará de enseñarnos si estamos dispuestos
de corazón y mentalmente a recibir su instrucción.
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